Vinos con corazón
Las buenas propuestas tarde o temprano se premian. Sobre todo si son buenas y saben bien. La llaman justicia poética. La edición del 2012 del Festival Internacional de Oenovideo ha galardonado el documental “Tierra de Oportunidades”. En él no hay nada de ciencia ficción o una historia bonita para ganar. Es la filosofía que hace más de veinte años trabaja esta cooperativa de Lérida. Este film que retrata la vida cotidiana en Vallbona de les Monges en una bodega donde una parte del equipo está formado por personas con dificultad de inserción social . Lo consiguen con mucho amor en forma de agricultura social. Sin marketing con causa, porque no son muchos y, la mayoría solo gente del sector, la que sabe que los vinos no son solo buenos si no que están hechos con algo más que enología. En L’Olivera creen que la dimensión social y la productiva pueden ir de la mano. Que la tierra y su gente son importantes porque son las raíces de las cepas cuyos aromas tendremos en cada sorbo de vida. Por eso sus mostos y aceites tienen alma social. El trabajo en la viña es visto como una experiencia vital y emocional. Dentro del equipo de trabajo están expertos en viticultura y siempre un psicólogo que ayuda a mediar las informaciones, órdenes y comportamiento en grupo. Pues estos jóvenes, normalmente más chicos que chicas, conviven en la explotación vinícola. “No son discapacitados son chavales con otras capacidades” dice Rocío, la agrónoma que lleva la viticultura en el bosque de la Ciudad Condal, cuyo proyecto ha sido encargado por el ayuntamiento a esta cooperativa. Rocío trabaja las viñas de Barcelona (¿o creíais que solo París viña en Montmartre?) en Collserola acompañada de un psicólogo que ayuda a dinamizar estos los grupos. Una iniciativa que apuesta por las personas. Que ahora un concurso de documentales ha premiado por el mensaje que hay detrás de esas botellas, es sólo un foco. Los vinos de L’Olivella brillan porque tienen corazón.