VINOS VESTIDOS DE GALA
El vino ha sido entendido, des de tiempos ancestrales, como una ofrenda a los dioses, un regalo a los amigos y una bebida totémica para compartir. En las fiestas esta tradición se hace más presente. Nosotros nos compramos trajes nuevos. Los vinos también cambian de vestido, en fiestas, para vestirse de gala. Al cambiar el milenio algunas bodegas aprovecharon para estrenar etiquetas de sus vinos; otras bañaron en oro sus placas y se elaboraron cuvées especiales. Muchas marcas acostumbran a presentar en sociedad las nuevas añadas y presentaciones para la campaña de navidad. Las tiendas especializadas facturan más de la mitad del año en un mes. Es el mes del vino y cuando más oportunidades tiene de lucirse. En las fiestas, en los obsequios, en la mesa, en el paladar. ¡Parece que sólo bebamos en navidad! Y es que es verdad que mucho del bebedor ocasional aprovecha en las fiestas más señaladas del año para probar nuevos productos.
Las cajas de vino se envuelven como regalo y se promocionan los vinos más “top”. Salen del armario los más fashions: botellas con incrustaciones de cristal de Moët&Chandom. Para los clásicos estuches forrados con guías de aromas como las promociones de Valdubón. La iniciativa “fashion wine” junta diseñadores y bodegueros de Rioja para fundir su arte para promocionar dos mundos tan “glamourosos” y que las etiquetas mejor vestidas desfilen por nuestras mesas. Las amantes del vino también podrán disfrutar de un nuevo look: la diseñadora Isabel de Pedro está preparando una colección inspirada en el mundo vinícola. La bodega Briego, ganadora del zarcillo de oro, ha vestido su crianza 2004 con una etiqueta especialmente navideña. A veces, pero, estas presentaciones pueden ir en contra del producto cuando los vemos en las estanterías con la mirada resacosa de Enero y de su cuesta. Mientras los vinos están el “back-stage” muchas tiendas recuerdan con nostalgia que la gente antes gastaba más en navidad en lotes, en vinos caros y en cajas de espumosos. Quien pudiera ser médico o abogado… ¡para ellos normalmente van estos regalos! La crisis del cambio de moneda se notó y estos vinos especiales son más un obsequio a los compromisos que para el disfrute de uno mismo. Una de las peores campañas de navidad fue hace un par de años, con el boicot del cava catalán. Muchas empresas para no tenerse que decantar entre champagne o cava y vinos extranjeros o vinos hispanos, prefirieron regalar relojes sin connotaciones políticas. Ahora parece ser que gastamos más en ropa y menos en vino. Tal vez, por eso los vinos que quieren hacer campaña tienden a coserse otra muda.
Las fiestas son reencuentros; charlas y comidas; alegría y buenos deseos, ilusión y familia… los vinos parecen ser la cereza que termina este pastel. Antes de las fechas claves hay que revisar nuestra “bodeguilla”. Siempre pensamos atentamente los ingredientes que necesitaremos, como cocinaremos los alimentos y hasta tenemos tiempo para comprar velitas y decoración. El vino en muchas casas pasa a ser un detalle con tendencia al olvido. “Ah! Ponemos el que tenemos en la bodega!”. Cualquier vino no va con todo y menos en estas reuniones familiares. Nadie se puede considerar una persona culta, gastronómicamente hablando, si no ha diseñado el menú en función también de los vinos. Las fiestas navideñas pueden ser la mejor excusa para poder abrir diferentes botellas, y porqué no, cada vino con su plato… Un día es un día, ¿no? Nosotros también cambiamos de ropa según la ocasión. Recordemos que de cada botella podemos sacar, como mínimo ocho copas. No nos quedemos nunca cortos en estas fechas con los espumosos que van a ser el punto fuerte de la celebración. Burbujas de un cava, aroma de un champagne o dulzor de un Asti, pero siempre bien fresquitos. Los turrones con pedro ximenez o amazza-café de liquirizza, ¡Brindemos por abrir buenas botellas de vino con las personas que amamos(y siempre bien vestidos)!
Meritxell Falgueras